MIS ENTRADAS

martes, 13 de octubre de 2020

2- Una forma de vida

Aún recuerdo la primera vez que subí por aquellas escaleras del Bernabéu, allá por el año 1997. Yo era un niño de 7 años, que no sabía dónde iba.

Pronto lo iba a descubrir.

Recuerdo que lo primero que vi fue ese inmenso césped verde, un fondo lleno de banderas, y mucha gente. La emoción que sentí en ese momento, no la voy a olvidar nunca. Y me enamoré de ese escudo, y desde ese día, he vivido el Madrid y el madridismo a mi manera, siempre.

 







Que nadie nos imponga un oficialismo y una manera de sentir el Madrid. El verdadero madridismo es libre y pasional. Y se defiende siempre, aunque te quemes. El madridismo que nos enseñaron y que ha perdurado generación tras generación. Y ese es el madridismo que no tiene que caer en el olvido, porque la pasión no se compra. Es un sentimiento incontrolable, que te hace sacar lo mejor y lo peor de ti. Y es ahí donde radica la verdadera pasión.

Sentir el Madrid es una de las cosas más bonitas que te pueden pasar. Ser del Real es estar solo contra todo y contra todos, ser del Real es saber que no hay objetivo que no se pueda cumplir, y que cuanto mayor es, mayor será la gloria conseguida.

 





Y la gloria la hemos conseguido siempre, como diría Mendoza, con cojones, cabeza y corazón. Y es por eso, que el Real Madrid se ha convertido para muchos de nosotros en una forma de vida. La emoción que sentimos cuando escuchamos el himno de las mocitas, nos transporta a un pasado muy presente. 

 










Y aunque en este tiempo, de fútbol moderno, todo sea artificial, hay algo que no va a morir nunca, y es el Madrid. Y el Madrid somos nosotros.